10 consejos para llevarte mejor con tu madre
Recopilamos 10 consejos para llevarte mejor con tu madre que te resultarán muy útiles.
Ahora que los adultos no nos oyen, a veces puede ser un latazo relacionarse con ellos. Sobre todo con nuestras madres, para qué lo vamos a negar, siempre tienen que llevar la razón, y como se te ocurra rechistar, ¡castigada sin salir el fin de semana! Pero reconozcamos que la tenemos mucho cariño (no haríamos nada sin ella), y que conviene estar a buenas con ella para que no nos deje sin salir. Resulta mucho más práctico que haya paz.
Por eso, repasamos 10 consejos para llevarte mejor con tu madre que la autora de este blog ha probado con la suya.
1. Recapacita antes de hablar con tu madre. ¡Mantén la boca cerrada! No te dejes llevar por la ira, pues puedes decir cosas de las que luego te arrepientas. A ver, todas hemos gritado alguna vez "vete a la mierda" (o algo peor que, ejem, conviene no repetir). Pero luego nos hemos arrepentido y resulta poco práctico (ese fin de semana vas a estar encerrada, ¡y sin paga semanal!). Mejor calmarse un poco, pensar en lo ocurrido, y tratar de maquinar una solución.
2. Olvida las faenas del pasado. Posiblemente no habrás pasado más tiempo con otras personas que con tu madre. Cuando se está tanto tiempo junto a alguien, resulta inevitable que te vengan a la mente algunos de sus errores (que seguro que los tiene), y que te entren ganas de reprocharle que te hizo tal o cual cosa. No sirve de nada tratar de solucionar un problema, echándole en cara algo del pasado, mejor pásalas por alto, y céntrate en el presente. Si sabes que algún tema le irrita especialmente, no se lo eches en cara.
3. Escucha bien lo que ella tiene que decir. A veces me he peleado con mi madre y luego resulta que ambas estábamos de acuerdo. ¡La costumbre! Por eso pienso que mejor prestarla atención, para que se explique. Puede que las diferencias entre nosotras no sean tan grandes como creíamos. O al menos, que te cuente lo que piensa, para preparar tu defensa.
4. Dedícale algo de tiempo. Si pasas ratos más largos con ella, ya verás cómo habrá buen rollo. A veces estamos mucho tiempo con las amigas, y resulta que casi no vemos a la familia. No te encierres en tu habitación todo el tiempo con el móvil, igual antes puedes pasar un poco de tiempo viendo la tele con ella.
5. Ofrécete para ayudar a tu madre. ¿Está preparando algo de comida? Igual necesita que le eches una mano. ¿Hace falta limpiar algo? Es la mejor manera de pelotearla. Ya, puede ser un poco coñazo, pero piensa en que quien cosecha siembra luego sus frutos.
6. No la pongas a caldo por sus gustos. Que sí, que a veces no se entiende muy bien por qué a nuestra madre le gusta Isabel Pantoja (os juro que a mi madre le encanta, qué sopor). Pero en fin, ella sabrá, es cosa suya. No hace falta recordarle siempre que a nosotras no nos gusta, ni tratar de imponerle nuestro criterio.
7. Intenta pensar qué puedes aportar tú para solucionar la situación. Casi siempre que tenemos un problema con nuestra madre es culpa suya (se piensan que somos todavía unas niñas, etc.). Pero es posible que ante una situación determinada, tú también puedas ceder un poco, quizás algo de razón lleva. Piensa en ello.
8. Pide perdón cuando sea necesario. Sí, vale, yo misma he metido la pata alguna vez en determinadas cosas. Nadie es perfecto. No pasa nada por disculparse y reconocer que la has cagado.
9. Recuérdale de vez en cuando que la quieres. En el fondo, aunque a veces te entren ganas de gritarle, las queremos. ¡Son nuestras madres! Y qué ricas sus croquetas. Pues bien, todo el mundo necesita que se lo recuerden de vez en cuándo. Déjale claro que la adoras.
10. Dile de vez en cuándo comentarios positivos y agradables. No sólo le digas lo malo, ni abras la boca únicamente para pedir cosas, dile cosas bonitas, que nunca están de más: ¿Se ha puesto guapa hoy? ¿Te ha gustado la comida?
Por eso, repasamos 10 consejos para llevarte mejor con tu madre que la autora de este blog ha probado con la suya.
1. Recapacita antes de hablar con tu madre. ¡Mantén la boca cerrada! No te dejes llevar por la ira, pues puedes decir cosas de las que luego te arrepientas. A ver, todas hemos gritado alguna vez "vete a la mierda" (o algo peor que, ejem, conviene no repetir). Pero luego nos hemos arrepentido y resulta poco práctico (ese fin de semana vas a estar encerrada, ¡y sin paga semanal!). Mejor calmarse un poco, pensar en lo ocurrido, y tratar de maquinar una solución.
2. Olvida las faenas del pasado. Posiblemente no habrás pasado más tiempo con otras personas que con tu madre. Cuando se está tanto tiempo junto a alguien, resulta inevitable que te vengan a la mente algunos de sus errores (que seguro que los tiene), y que te entren ganas de reprocharle que te hizo tal o cual cosa. No sirve de nada tratar de solucionar un problema, echándole en cara algo del pasado, mejor pásalas por alto, y céntrate en el presente. Si sabes que algún tema le irrita especialmente, no se lo eches en cara.
3. Escucha bien lo que ella tiene que decir. A veces me he peleado con mi madre y luego resulta que ambas estábamos de acuerdo. ¡La costumbre! Por eso pienso que mejor prestarla atención, para que se explique. Puede que las diferencias entre nosotras no sean tan grandes como creíamos. O al menos, que te cuente lo que piensa, para preparar tu defensa.
4. Dedícale algo de tiempo. Si pasas ratos más largos con ella, ya verás cómo habrá buen rollo. A veces estamos mucho tiempo con las amigas, y resulta que casi no vemos a la familia. No te encierres en tu habitación todo el tiempo con el móvil, igual antes puedes pasar un poco de tiempo viendo la tele con ella.
5. Ofrécete para ayudar a tu madre. ¿Está preparando algo de comida? Igual necesita que le eches una mano. ¿Hace falta limpiar algo? Es la mejor manera de pelotearla. Ya, puede ser un poco coñazo, pero piensa en que quien cosecha siembra luego sus frutos.
6. No la pongas a caldo por sus gustos. Que sí, que a veces no se entiende muy bien por qué a nuestra madre le gusta Isabel Pantoja (os juro que a mi madre le encanta, qué sopor). Pero en fin, ella sabrá, es cosa suya. No hace falta recordarle siempre que a nosotras no nos gusta, ni tratar de imponerle nuestro criterio.
7. Intenta pensar qué puedes aportar tú para solucionar la situación. Casi siempre que tenemos un problema con nuestra madre es culpa suya (se piensan que somos todavía unas niñas, etc.). Pero es posible que ante una situación determinada, tú también puedas ceder un poco, quizás algo de razón lleva. Piensa en ello.
8. Pide perdón cuando sea necesario. Sí, vale, yo misma he metido la pata alguna vez en determinadas cosas. Nadie es perfecto. No pasa nada por disculparse y reconocer que la has cagado.
9. Recuérdale de vez en cuando que la quieres. En el fondo, aunque a veces te entren ganas de gritarle, las queremos. ¡Son nuestras madres! Y qué ricas sus croquetas. Pues bien, todo el mundo necesita que se lo recuerden de vez en cuándo. Déjale claro que la adoras.
10. Dile de vez en cuándo comentarios positivos y agradables. No sólo le digas lo malo, ni abras la boca únicamente para pedir cosas, dile cosas bonitas, que nunca están de más: ¿Se ha puesto guapa hoy? ¿Te ha gustado la comida?
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